Una obra se hace a sí misma, es autopoiética. "El teatro sabe" dice
Dubatti que los teatristas decimos. Y algo de eso pasa. Cuando uno confía en los materiales, en la lógica propia del hecho escénico, en las particularidades, la obra se hace sola. Sólo se necesita tener fé y escucha; es decir, riesgo a pesar del miedo. Hay una materialidad de la escena, de la intensidad actoral -sea esta sutil o muy potente- que empieza a aflorar... Mujer barroca, me llamó Ariel Mastandrea hace algunos día s. Y sí que lo soy: adoro la mezcla, el puente, la hibridez: de discursos, de lenguajes, de paisajes.
Bienvenidos una vez más a CVT.
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